Rosa Morales, presidente de la Agrupación Madres por
la Vivienda, resolvió "ayunar durante toda la noche y mañana en la Plaza de
Mayo, hasta que la reciba el presidente Néstor Kirchner", según informó en
un comunicado FEDECAMARAS, en el que anunció su apoyo a la protesta.
La mujer está acompañada por el Movimiento Nacional de
Deudores, al que pertenece Carmen Giberman, madre de dos menores, una de ellas
discapacitadas, cuya vivienda "estuvo a punto de ser rematada el pasado
viernes porque está desocupada y no puede pagarla".
y una síntesis de su historia en fotos.
Esta es Carmen
**PROLOGO DE CARLOS CARRIQUE
Esta novela se instala, sólida y profesionalmente en un borde de la Galaxia Merelli. La Galaxia Merelli se expande a partir de una concentrada y prestigiosa actividad en el terreno de la dramaturgia y la dirección teatral. Al incluir nuevas disciplinas el espacio cobra mayor luminosidad: pintura, dibujo, instalaciones inauditas, actuación, docencia, gastronomía…
Esta diversidad podría ser cuestionada por aquellos artistas que se aferran a su disciplina para evitar algún tipo de contaminación, pero para ello deberán olvidar las experiencias de Blake, Lewis Carroll, García Lorca, Gunter Grass, Bukowski… Y la de todos aquellos que sortearon cercos para ampliar horizontes y nutrir su creatividad.
También podría decirse con Stendhal: “Fueron las otras artes las que me enseñaron a escribir”
Con “En un Grito”, novela que reconoce el sólido antecedente de” Las Putas no van al Cielo”, Merelli inaugura territorio.
Definitivamente, la Galaxia Merelli es imperialista.
Desde aquella que se perdió la oportunidad de eternizarse en el paraíso, tenemos infinitos tipos de mujeres desdichadas, pero pocas con la tenacidad de la protagonista, Carmen, imantada naturalmente a un muy intenso número de desgracias.
Si intentáramos graficar la vida de Carmen surgiría una línea en sinusoide, que emerge y se sumerge, línea, que en plan acuático, imitaría el retozar de los delfines, siempre ajenos a cualquier tipo de destino.
Por eso no es extraño sorprenderse con escenas como la de la hija que lamenta el bullying de sus compañeras, ya que ellas no van al colegio en Mercedes Benz, suntuosidad que contrarresta con otros momentos donde a la madre de la misma niña la hallamos, luego de un nuevo matrimonio fallido, traccionando, por las veredas de Buenos Aires, un carrito con termos de café, oferta acompañada con porciones de torta horneada en atardeceres o madrugadas rebosantes de angustia y depresión.
Debe destacarse que este transcurrir no se manifiesta en absoluta soledad, ya que a los tres hijos de Carmen, debemos añadir la omnipresencia de una madre, Hortensia (creepy matern). No habrá lector que se resista, desde el fondo de su corazón, a imaginar una Carmen que blandiendo un filoso cuchillo de cocina se hubiera decidido, aún a muy tierna edad, a cometer el liberador matricidio.
Y también debemos señalar que otra podría haber sido la historia si la protagonista hubiera asistido a la perfomance de la autora: “Soy Feliz”, “Método para conquistar la felicidad eterna”. Lille, Francia.
En algún momento nos veremos tentados de pensar que el amor juega un rol protagónico en esta novela. Pero también sería atinado tomar cierta distancia y reflexionar con Umberto Eco: “Cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas”
Y si de amor no se tratase, que Milton nos auxilie: “La mente hace su propio lugar, y en si misma puede hacer un cielo del infierno, y un infierno del cielo”.
Exponerse a esta novela es como exponerse a una antigua tortura medieval, la de ser sometido, en prolongada intermitencia, del frío al calor y del calor al frío. Pero sabiendo que de esta circunstancia siempre nos rescatará la irreductible creatividad de Merelli.
Carlos Carrique
Maschwitz, 2021
esto lo dijo Stella Matute.
Siempre digo que admiro a Cristina Merelli. Se lo digo a ella y se lo digo a quien quiera escucharlo. La admiro desde que nos conocimos en los suburbios caraqueños de un Festival de Teatro en Venezuela en el que un comisario de la cultura nos sometía a sostenerle el prestigio de su festival dándonos de comer pollo con huesitos demasiado pequeños y durmiendo en hoteles con habitaciones infectadas de humedades y cucarachas. Allí Merelli me dio una lección de optimismo, buen humor y diplomacia... ella tenía una cintura espectacular para surfear esas cabronadas e igual pasarla bien, divertirse y no dejarse avasallar más allá de lo posible. Me hizo reir mucho y me maravilló con sus talentos. De allí en más supe que Cristina es una persona a la que le pasan cosas extraordinarias. Pero le pasan cosas extraordinarias porque ella hace cosas extraordinarias, lo que la convierte en un ser extraordinario.
Esta vez hizo propio un alarido para convertirlo en grito. Sí, el grito de Carmen Giberman es un alarido que Cristina convirtió en grito al hacerlo propio y convertirlo en Arte. Es dificil hablar de un alarido hecho novela y "En un grito", de Cristina Merelli es eso: es el alarido de Carmen, una mujer que no retrocede pase lo que pase aunque duela; que es lo que le veo hacer, de alguna manera, a Cristina Merelli desde que la conozco.... no retrocede, pase lo que pase, aunque duela. Por eso, pudo calzarse los dolores de Carmen y gritarlos desde el papel. Y en esos gritos, en esos dolores, nos incluye a todas. Sí, a todas. Porque Carmen pasó todos los dolores que una mujer puede pasar. Todos esos dolores que a cuentagotas nos han pasado a todas. Sobre todo a las que tenemos ya algunos años. "En un grito" es un desgarro cicatrizado a fuerza de escritura, a fuerza de poder contar, a fuerza de poder hablar para poder sanar. Cristina sana a Carmen, y Carmen nos sana un poco a todas contándonos su dolor.
"En un grito", de Cristina Merelli. Novela biográfica sobre la vida de Carmen Giberman
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